HIPERHIDROSIS

Consiste en una producción elevada de sudor. Cuando se localiza en una zona determinada, se denomina focal, y suele aparecer en las palmas de las manos y las plantas de los pies.

Aunque su causa no es totalmente conocida, parece existir un mal funcionamiento de las glándulas sudoríparas ecrinas. Estas glándulas están reguladas por la acetilcolina, y se inhiben por sustancias anticolinérgicas.

Es un proceso benigno, aunque con una alta incidencia, que se estima en un 3 % de la población general. Afecta fundamentalmente a personas jóvenes. Sorprendentemente, tanto médicos como pacientes, a menudo no lo consideran una afección tratable, a pesar de que es fuente de graves disfunciones psicológicas, sociales y profesionales. Se estima que la hiperhidrosis interfiere en las actividades diarias de casi tres cuartas partes de los pacientes. El 35 % de los pacientes disminuyen sus actividades de ocio y al 22 % le repercute en su actividad laboral. Todo esto conlleva una mayor incidencia de problemas emocionales en los pacientes con hiperhidrosis.

En la evaluación de la hiperhidrosis es esencial una historia clínica detallada y una exploración vascular especializada para descartar la existencia de patología arterial asociada.

OPCIONES DE TRATAMIENTO

Existen diferentes modalidades terapéuticas

Simpatectomía.

Históricamente, se recurría a la simpatectomía. Consiste en la sección de la cadena simpática que inerva las glándulas sudoríparas. Únicamente se llevaba a cabo a nivel torácico y, aunque progresivamente, se ha ido haciendo de un modo menos agresivo, sigue siendo necesaria una intervención quirúrgica, hay que realizar incisiones que pueden ser dolorosas y, por supuesto, hay que realizarla con anestesia general. Es una técnica no exenta de complicaciones, alguna de ellas grave, como puede ser la aparición de un neumotórax. Aunque se considera una técnica «definitiva», es habitual la aparición de recurrencias.

Toxina botulínica.

Más recientemente, se ha comenzado a usar la toxina botulínica. Su uso está extendido en la sudoración axilar, y menos en la localizada a nivel palmar y plantar. Ello es debido a que la inyección de la toxina es muy dolorosa, y requiere una anestesia local previa e incluso la realización de bloqueos nerviosos a nivel del carpo o en la zona maleolar. El efecto de la toxina botulínica es temporal, con una duración aproximada de 3 a 6 meses.

Iontoforesis.

Por último, la iontoforesis se postula como una técnica muy efectiva en el tratamiento de la hiperhidrosis, pero de un modo muy poco agresivo y prácticamente indolora. Es un tratamiento transcutáneo que consiste en el paso de una corriente eléctrica a través de la piel. Esta corriente moviliza los iones de sodio de una solución acuosa en la que se sumerge la zona a tratar. Esto origina un reposo temporal de las glándulas sudoríparas. La solución acuosa puede ser agua corriente, pero es preferible la adición de un fármaco anticolinérgico para potenciar el efecto anhidrótico de la iontoforesis.

¿CÓMO SE APLICA LA IONTOFORESIS?

Se lleva a cabo en una sala de consulta.

El procedimiento comienza con un examen de las zonas a tratar: palmas de las manos y/o plantas de los pies. En caso de existir alguna pequeña lesión cutánea, es importante aplicar una pequeña cantidad de vaselina para que el tratamiento sea mejor tolerado.

A continuación se sumergen las zonas afectadas en una solución acuosa a la que se añade una sustancia anticolinérgica. Es en ese momento cuando se hace pasar una corriente eléctrica de baja intensidad, que es la encargada de hacer reposar a las glándulas sudoríparas.

Iontoforesis hiperhidrosis
Iontoforesis pulsada

El paso de la corriente es prácticamente indoloro, pero se puede sentir un cierto hormigueo, irritación, y alguna pequeña molestia. Estos efectos se regulan disminuyendo la intensidad del campo eléctrico. Habitualmente es bien tolerada una intensidad de 20 mA, pero se puede reducir a 15 mA o menos si es preciso.

Iontoforesis

 

El tratamiento precisa 12 sesiones iniciales, cada una de las cuales dura 30 minutos. Se llevan a cabo aproximadamente a lo largo de un mes. Posteriormente se recomiendan sesiones de mantenimiento al cabo de varios meses si la hiperhidrosis reaparece.

Después del tratamiento inicial se consigue la resolución de la hiperhidrosis en el 90 – 95 % de los casos, siendo la duración de los efectos de 2-14 meses desde la última sesión.

Después de cada sesión se puede llevar a cabo una vida normal, pero se recomienda aplicar una crema hidratante en las zonas tratadas.

CONCLUSION

La iontoforesis es una técnica altamente efectiva para tratar la hiperhidrosis o sudoración excesiva. Su carácter no invasivo, y su excelente tolerancia, sin apenas molestias, la hacen una opción muy atractiva para el tratamiento de esta afección.

https://www.anedidic.com/descargas/formacion-dermatologica/31/decalogo_de_iontoforesis.pdf

Si desea más información puede contactar con el Dr. Jiménez Arribas.  https://varicessincirugia.org/hiperhidrosis-iontoforesis/

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